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El lijado de los pisos de madera cumple varias funciones, como:

  • Nivelar el piso para que no tenga partes salientes o astillas, es decir, dejar al piso en un solo plano
  • Eliminar marcas y suciedad
  • Permitir apreciar mejor las cualidades y vetas de la madera
  • Cerrar la porosidad de la madera. Cuanto mejor se lija más se cierra la porosidad de la tabla, lo que hace que sea más fácil de limpiar ya que guarda menos suciedad

A la hora de darle un recubrimiento a nuestro piso; es decir, de pasarle cera, plastificarlo o hidrolaquearlo, no podemos olvidarnos del pulido, ya que este va a ser la base del trabajo.

Un buen pulido es fundamental para obtener los mejores resultados posibles, por eso debe hacerse pensando en el tipo de recubrimiento que queremos aplicar.

Un lijado de pisos incorrecto puede traernos distintos problemas, desde que el piso quede con detalles y marcas, hasta que el material se desprenda de la madera.

¿Qué tipo de pulido debemos hacer según la terminación elegida?

piso encerado vs plastificado vs hidrolaqueado

En los pisos que van a quedar con cera no debemos dejar terminaciones muy finas, ya que como la cera es un poco resbaladiza si cerrásemos demasiado la porosidad de la madera haríamos que el piso se vuelva más resbaladizo y podríamos patinarnos.

En este caso es recomendable terminar el lijado con grano 80 o 60 dependiendo de la dureza de la madera.

Para el plastificado tradicional, es decir, con laca poliuretánica al solvente, podemos hacer un pulido más fino pero sin necesidad de que quede perfecto, ya que la laca no es resbaladiza como la cera, y como deja una capa gruesa (y por lo general brillante) va a ayudar a disimular las pequeñas imperfecciones que queden.

En este caso podemos terminar con lija grano 100 o 120 dependiendo de la dureza de la madera.

Para el hidrolaqueado debemos dejar un pulido lo más fino y uniforme posible, ya que por las características que tiene este tipo de material se van a notar más fácilmente las imperfecciones que queden luego del pulido.

En este caso se debería terminar con grano 100 o 120 y luego pasarle una lija orbital grano 100 o el paño abrasivo verde de 3M.

Pautas a la hora de lijar el piso:

Si bien lo que vamos a mencionar ahora sirve para la mayoría de los casos, es importante recordar que el tipo de pulido que hagamos puede variar dependiendo de varios factores; como por ejemplo el estado del piso a la hora de pulirlo o la dureza de la tabla. Por eso es muy importante la experiencia y criterio del profesional a cargo para obtener los mejores resultados posibles.

Se debe hacer un pulido grueso, intermedio y fino.

El grano de la lija va a depender de la dureza de la madera, pero por lo general se suele empezar con lija de grano 36 o 40, seguido por lija de 60 u 80 y lija de 100 o 120 como terminación.

En el caso de las orillas se suele pasar grano 60 u 80, dependiendo de cuán blanda sea la madera.

pulido de pisos

Otra cosa importante a tener en cuenta es que no debe haber una diferencia demasiado grande entre los granos de lija que usemos, porque cuanta mayor diferencia haya más difícil será borrar las marcas que deje el grano anterior o directamente no podremos sacarla con ese grano. Es por eso, que si no se tiene demasiada experiencia y se va a empezar con lija de 36 sería recomendable usar lija grano 60 antes de usar la de 80.

Recuerden que el grano final que usemos para el lijado de pisos de madera dependerá del material que vayamos a usar.

Si pulimos poco se van a notar las imperfecciones, y si pulimos en exceso, es decir, si usamos granos demasiado finos y cerramos demasiado la porosidad de la madera con el tiempo el material puede desprenderse.